Shivaismo de cachemira

Shivaismo de cachemira

Resumen del shaivismo de cachemira

El Shaivismo de Cachemira pretendía sustituir al Shaiva Siddhanta, una tradición dualista que los estudiosos consideran el Shaivismo tántrico normativo[7] El objetivo del Shaiva Siddhanta de convertirse en un Shiva ontológicamente distinto (a través de la gracia de Shiva) fue sustituido por el reconocimiento de uno mismo como Shiva que, en el monismo del Shaivismo de Cachemira, es la totalidad del universo[8].

No hubo escritores ni publicaciones importantes después del siglo XIV aproximadamente. En el siglo XX, Swami Lakshman Joo, un hindú de Cachemira, ayudó a revivir las corrientes erudita y yóguica del shaivismo de Cachemira[16] Su contribución es enorme. Inspiró a una generación de eruditos que hicieron del shaivismo de Cachemira un campo de investigación legítimo dentro de la academia[17][18].

A Acharya Rameshwar Jha, discípulo de Lakshman Joo, se le suele atribuir el establecimiento de las raíces del Shaivismo de Cachemira en la comunidad erudita de Varanasi. Rameshwar Jha, con su creatividad, su familiaridad con los textos antiguos y sus experiencias personales, dio acceso a los conceptos del Shaivismo de Cachemira no dualista. Sus escritos de versos sánscritos han sido publicados como los libros Purnta Pratyabhijna[19] y Samit Swatantram[19].

Meditación del shaivismo en cachemira

En su ensayo seminal, “Pureza y poder entre los brahmanes de Cachemira”, el historiador de Oxford Alexis Sanderson dilucida que la búsqueda tántrica de dicho poder transgrede las normas hindúes ortodoxas y dominantes que delimitan la agencia humana en aras de la pureza simbólica y ritual (shuddhi) (Sanderson 1985). Al violar las prescripciones relativas a la casta, la sexualidad, la dieta y la muerte, muchos de los ritos tántricos se realizaban originalmente en lugares de cremación.

Los estudiosos identifican algunas de las condiciones previas para el eventual desarrollo del discurso filosófico monista shaiva en la tendencia de los movimientos tántricos medievales a “domesticarse” asimilándose a las normas hindúes de las castas superiores. Las prácticas radicales se atenuaron, se ocultaron bajo la apariencia de propiedad, o se interpretaron como metáforas de contemplaciones internas.

Vimarsha y sus cognados tienen el significado de aprehensión o juicio con una estructura reconocible, y pueden ser glosados como “aprehensión reconocible”. (Lo reconocible es el acto de reconocer o la conciencia de que algo percibido ha sido percibido antes). Los argumentos de Utpaladeva y Abhinavagupta centrados en estos términos desarrollan consideraciones anteriores de Bhartrihari sobre la naturaleza lingüística de la experiencia. Utpaladeva y Abhinavagupta refutan el argumento budista de que el reconocimiento es una reacción contingente a la experiencia directa, afirmando que es integral o trascendental a toda experiencia. Algunas de las consideraciones que aducen en apoyo de esta afirmación son las siguientes: que los niños deben basarse en una forma sutil e innata de aprehensión lingüística en su aprendizaje del lenguaje convencional; que debe haber un ordenamiento reconocible de nuestras experiencias más básicas de situaciones y movimientos para explicar nuestra capacidad de realizar comportamientos rápidos; y que alguna forma de aplicación sutil del lenguaje en todas las experiencias

Citas del shaivismo de cachemira

Poco se sabe de la vida de Vasugupta, aparte de que vivió en Cachemira y en la primera mitad del siglo IX. Probablemente nació a finales del siglo VIII en una familia hindú de Cachemira. Esta datación se basa en las menciones de su obra en otros textos indios, y en la biografía de sus alumnos, en particular Kallata y Somananda, de los que se data que compusieron activamente textos filosóficos en algún momento entre el 825 y el 900 d.C.[3][4] Probablemente fue contemporáneo y conocedor de las ideas del Vedanta Advaita, y de los eruditos budistas de los siglos VIII y IX[5][4].

En la tradición Shaiva se cree que el autor acumuló conocimiento y reconocimiento a través de la realización directa. Era nativo de Cachemira y shaiva. No está claro cómo y qué le inspiró a escribir los Shiva Sutras, y los primeros textos no mencionan ninguna leyenda. La tradición posterior y los textos hagiográficos presentan historias inconsistentes. Uno afirma que Vasugupta encontró los sutras inscritos en una roca llamada Sankaropala. Otro afirma que Shiva se le apareció en sueños y se lo recitó, y que éste lo escribió. Hay otras historias, pero los textos de los alumnos inmediatos de Vasugupta no mencionan ninguna de estas leyendas, excepto aquella en la que Vasugupta descubre los sutras en su sueño[2].

El shaivismo de cachemira frente al saiva siddhanta

El Shaivismo se desarrolló como una amalgama de religiones y tradiciones pre-védicas derivadas de las tradiciones y filosofías Shaiva Siddhanta del sur de Tamil, que fueron asimiladas en la tradición Shiva no védica. [15] En el proceso de sanskritización y formación del hinduismo, a partir de los últimos siglos A.C. estas tradiciones pre-védicas se alinearon con la deidad védica Rudra y otras deidades védicas, incorporando las tradiciones Shiva no védicas al redil védico-brahmánico[2][16].

El shaivismo, tanto devocional como monista, se hizo popular en el primer milenio de la era cristiana, convirtiéndose rápidamente en la tradición religiosa dominante de muchos reinos hindúes[2]. Llegó al sudeste asiático poco después, dando lugar a la construcción de miles de templos shaivistas en las islas de Indonesia, así como en Camboya y Vietnam, coevolucionando con el budismo en estas regiones[17][18].

La teología shaivita va desde que Shiva es el creador, el preservador y el destructor hasta que es lo mismo que el Atman (Ser) dentro de uno mismo y de todo ser vivo. Está estrechamente relacionada con el shaktismo, y algunos shaivas rinden culto tanto en templos de Shiva como de Shakti[11]. Es la tradición hindú que más acepta la vida ascética y hace hincapié en el yoga, y al igual que otras tradiciones hindúes anima al individuo a descubrir y ser uno con Shiva en su interior[9][10][19] Los seguidores del shaivismo se llaman “shaivitas” o “saivas”.

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