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El camino del medio
Mahayana
Monjes, estos dos extremos no deben ser practicados por quien ha salido de la vida doméstica. Hay una adicción a la indulgencia de los placeres de los sentidos, que es baja, grosera, el camino de la gente común, indigna y no rentable; y hay una adicción a la automortificación, que es dolorosa, indigna y no rentable.
Evitando estos dos extremos, el Perfecto ha realizado el Camino Medio; éste da visión, da conocimiento, y conduce a la calma, a la perspicacia, a la iluminación y al Nibbana. ¿Y cuál es ese Camino Medio realizado por el Tathagata…? Es el Noble Óctuple Sendero, y nada más, a saber: la comprensión correcta, el pensamiento correcto, la palabra correcta, la acción correcta, los medios de vida correctos, el esfuerzo correcto, la atención correcta y la concentración correcta.[4]
El indólogo Johannes Bronkhorst concluye que el primer extremo mencionado aquí, “la indulgencia en los objetos sensoriales deseables”, no se refiere a un movimiento o práctica religiosa específica, sino a las acciones de la gente común. Sin embargo, el otro extremo sí presupone a los ascetas que utilizaban la “devoción a la automortificación” para alcanzar un objetivo religioso[7].
Explica la doctrina del camino medio
Monjes, estos dos extremos no deben ser practicados por quien ha salido de la vida doméstica. Hay una adicción a la indulgencia de los placeres de los sentidos, que es baja, grosera, el camino de la gente común, indigna y poco rentable; y hay una adicción a la automortificación, que es dolorosa, indigna y poco rentable.
Evitando estos dos extremos, el Perfecto ha realizado el Camino Medio; éste da visión, da conocimiento, y conduce a la calma, a la perspicacia, a la iluminación y al Nibbana. ¿Y cuál es ese Camino Medio realizado por el Tathagata…? Es el Noble Óctuple Sendero, y nada más, a saber: la comprensión correcta, el pensamiento correcto, la palabra correcta, la acción correcta, los medios de vida correctos, el esfuerzo correcto, la atención correcta y la concentración correcta.[4]
El indólogo Johannes Bronkhorst concluye que el primer extremo mencionado aquí, “la indulgencia en los objetos sensoriales deseables”, no se refiere a un movimiento o práctica religiosa específica, sino a las acciones de la gente común. Sin embargo, el otro extremo sí presupone a los ascetas que utilizaban la “devoción a la automortificación” para alcanzar un objetivo religioso[7].
Anattā
Monjes, estos dos extremos no deben ser practicados por alguien que ha salido de la vida doméstica. Hay una adicción a la indulgencia de los placeres de los sentidos, que es baja, grosera, el camino de la gente común, indigna y poco rentable; y hay una adicción a la automortificación, que es dolorosa, indigna y poco rentable.
Evitando estos dos extremos, el Perfecto ha realizado el Camino Medio; éste da visión, da conocimiento, y conduce a la calma, a la perspicacia, a la iluminación y al Nibbana. ¿Y cuál es ese Camino Medio realizado por el Tathagata…? Es el Noble Óctuple Sendero, y nada más, a saber: la comprensión correcta, el pensamiento correcto, la palabra correcta, la acción correcta, los medios de vida correctos, el esfuerzo correcto, la atención correcta y la concentración correcta.[4]
El indólogo Johannes Bronkhorst concluye que el primer extremo mencionado aquí, “la indulgencia en los objetos sensoriales deseables”, no se refiere a un movimiento o práctica religiosa específica, sino a las acciones de la gente común. Sin embargo, el otro extremo sí presupone a los ascetas que utilizaban la “devoción a la automortificación” para alcanzar un objetivo religioso[7].
Budismo simple y llano
Según la tradición, en su primera enseñanza (el Dhammacakkappavattana Sutta), el Buda abogó por un camino intermedio que evitara los dos extremos de la autoindulgencia o la abnegación[1] El Buda presentó entonces el Noble Óctuple Sendero como una vía que sigue el camino intermedio.
Tras la muerte de Buda, los eruditos budistas debatieron las sutiles implicaciones de esta visión del camino medio, llegando a formar diferentes escuelas de pensamiento basadas en distintas interpretaciones. En el siglo II o III de nuestra era, el erudito budista Nagarjuna presentó una interpretación muy refinada de la visión del camino intermedio, y sus escritos constituyeron la base de la escuela Madhyamaka o del camino intermedio, que llegó a ser muy influyente en las tradiciones Mahayana del Tíbet y de Asia oriental.
En la historia de la vida de Siddhartha Guatama (el futuro Buda), se describe cómo de niño y joven, el padre de Siddhartha se aseguró de que se cumplieran todos sus deseos sensuales. En esta etapa temprana de su vida, Siddartha experimentó el extremo de la autoindulgencia. Vio que esta forma de vivir no podía traerle una felicidad duradera, y se desilusionó con su vida de príncipe real. Entonces abandonó su palacio real y buscó el conocimiento estudiando con varios yoguis del bosque. Tras estudiar técnicas de meditación con varios maestros, Siddhartha se unió a un grupo de cinco yoguis que practicaban una forma de ascetismo extremo. Estos yoguis veían sus cuerpos físicos como un impedimento para el despertar espiritual, y trataban de superar su apego a los placeres de los sentidos negando a sus cuerpos la comida y la comodidad. Con estos companeros, Siddhartha practicaba el extremo de la auto-negacion.